ENTRE LA TRANSFUSIÓN Y EL VAMPIRISMO. La muerte del papa Inocencio VIII.
Primer registro histórico
de un intento de transfusión de sangre.
Imagen yacente del sepulcro de Inocencio VIII
El
25 de julio de 1492, el papa Inocencio VIII empeoró gravemente de una enfermedad (según sus biografías parece coincidir con anemia o hidropesía por insuficiencia
renal crónica) que en los últimos años de su vida lo mantenía
prácticamente postrado en su lecho, alternando períodos de estupor con momentos de lucidez.
Sus médicos habían agotado todas las terapias de la época cuando apareció un misterioso "médico judío" de nombre desconocido quién, viendo el estado del paciente, propuso un temerario tratamiento: hacer sangrías para drenar la sangre enferma y sustituirla por sangre de niños.
Para ello se consiguió a tres "voluntarios" de diez años cuyas familias recibieron un ducado de oro cada una a cambio de su consentimiento.
En las fuentes originales no queda claro si se trató de inyectar la sangre en el organismo de Inocencio VIII (cosa bastante improbable ya que no sería hasta 1553 cuando Miguel Servet describió la circulación sanguínea, siendo quemado en la hoguera por ello), o si se le suministró por vía oral lo que le da a la situación un cariz vampiresco.
El resultado fue desastroso, tanto el papa como los niños murieron. Al parecer a éstos se les cortó las carótidas para obtener su sangre.
Irónicamente, quien fuera uno de los mayores impulsores de la Inquisición a través de la emisión de la bula "Summis desiderante affectibus", que reflejaba su obsesión por los temas de la brujería, la nigromancia, los demonios y las artes mágicas, moría en medio de una práctica parecida a las acusaciones de siniestros ritos sangrientos que la Inquisición se esforzaba en demostrar y castigar.
Extracto de las páginas de "Diaria rerum romanarum" donde Stefano Infessura narra el suceso.
De este hecho se hizo eco el humanista, historiador y abogado italiano Stefano
Infessura (Roma c.
1435 – c. 1500) a quién su posición
de secretario del Senado romano le facilitó el conocimiento de todas
las noticias que afectaban a los círculos romanos. Pocos días después de la muerte de Inocencio VII escribía en su Diario
de la Ciudad de Roma (pp. 275-276):
"Mientras tanto, la ciudad no dejó de sufrir padecimientos y muertes; primero de tres niños de diez años de edad, por venas cortadas por cierto médico judío para restaurar la salud del papa, según prometió, muriendo en el acto.
El judío había dicho que iba a curar al pontífice, si obtenía cierta cantidad de sangre humana y joven; la extrajo de los tres muchachos a cuyas familias se había pagado un ducado para autorizar la donación; y poco más tarde el papa moriría. El judío escapó y el papa no sanó"
Para
los historiadores de la medicina, este incidente es el primer
registro histórico de un intento de transfusión de sangre.
También recoge este hecho el historiador y cardenal Caesar Baronius (Sora 1538 - Roma 1607) en Annales Ecclesiastici (vol. XXX, p. 186)
Sin embargo el embajador Francesco Valori, que relató la enfermedad y muerte del papa en Johannis Buchardi Diarium (pp. 567 y ss.) no menciona nada de este asunto.
FUENTES:
- La siniestra muerte del papa Inocencio VIII. Blog Urbatorium
- Diario della città de Roma. Stefano Infessura
- Annales ecclesiastci. Caesaris Baronii
- Inocencio VIII. Wikipedia
- Stefano Infessura. Wikipedia
- César Baronio. Wikipedia
- César Baronio. Wikipedia
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